miércoles, 26 de enero de 2011

Corazón

Foto: Srta. Insomnio
Rojo.
Rojo y grande.
Rojo, grande y lleno.
Muy muy lleno.
Llenísimo.

Así lo tengo.
Y que eso no cambie nunca.
La misma sensación que cuando mueres de calor y respiras una bocanada de aire frío.
Que cuando tienes frío y tocas algo ardiendo.
El alivio de sentir que se te llena el pecho con cada abrazo que das y no te importa nada más en ese momento.

Sólo falta que el miedo no aceche detrás de la ventana.
O debajo de la cama.
O dentro del armario.
Porque esos son los sitios donde yo quiero estar, ser tu monstruo particular. Las ramas que te abrazan mientras duermes.


miércoles, 5 de enero de 2011

Bar

Foto: Srta. Insomnio.


Me senté en la mesa que estaba más sucia de toda la cafetería. Era la única que había, la verdad. De repente aparece una anciana y me dice no se qué de que se quiere sentar y que si le dejo sitio. Hago un ademán aprobatorio y se coloca justo enfrente. El caso es que yo no quería hablar con nadie pero siempre acabo siendo el blanco de todas las conversaciones de personas con ganas de arilleo en todas partes; da igual sexo, edad, condición social y demás mierdas definitorias. Me suelta que ha tenido una mañanita de aúpa y que la mala suerte se ceba con quien menos se lo merece (es posible que sea cierto, las cosas son así) pero que no pasa nada porque la gente está acostumbrada al fracaso día sí y día también. Como ella y sus hijos y su señor marido y su hermana y demás personas que a mi me dan igual. 



Después de intentar sacar conversación contándome evidencias (que si quema el café que veo arder en su taza, que si qué día de perros hace, etc.) me suelta una pulla acerca de los jóvenes de hoy en día. Que si no hacemos nada por la vida, que si nada más que vagueamos, que si sólo gastamos dinero, estamos maleducados, no sabemos nada de la vida... me pregunta qué hago yo por la vida. Una periodistucha sin trabajo con cara de niñata y con piercings, es lo que soy, estudiando un posgrado, entro dentro de la definición de juventud del diccionario mental de la vieja de enfrente (ya no es señora ni nada). Me hace un gesto como para que le conteste, a lo que digo:



-Oiga, yo estaba aquí tranquilamente tomándome un puleva, viene usted, se me sienta enfrente, me toca las narices, me pregunta si hago por la vida algo que usted apruebe cuando ni si quiera la conozco. Si fuera prostituta trabajaría y ganaría dinero, lo que para usted sería una basura porque cobraría por follar y no contribuiría al P.I.B. de este maldito país en el que ambas vivimos (ella fijo que ni contribuye porque su único trabajo habrá sido ser chacha de su familia y remangarse la faja para que su marido le haga hijos). Si le dijera que limpio escaleras le parecería una puta mierda... sin embargo, fijo que usted ha quitado más mierda en su casa y encima gratis. Si le dijo que se vaya a mamarla o se quede calladita, ¿lo hará?-.


Me acabo el batido y me voy. Es lo que tenía que haber hecho en un principio. Tomármelo en un vaso de plástico como el que dan en las cafeterías de las facultades, de pie en la barra y rápidamente. A lo mejor en la barra alguien también me habría dado el coñazo.

domingo, 2 de enero de 2011

Nada

Foto: Srta. Insomnio.


Ahí me encontraba yo reflexionando sin saber bien qué decir. Clavaba sus ojos en todas partes, pero sobre todo en el lado derecho de mi cara tapada mayormente por mi maldito flequillo y en mis manos agarrando aquel vaso... esperando una maldita respuesta. Como siempre, tardé en contestar, y encima mal. No lo sé, dije. Y dejó caer su espalda contra la pared rugosa de aquel bar irlandés donde solía ir con otras personas. ¿No lo sé? ¿Qué me pasa? ¿Soy imbécil? Tanto tiempo, tantas caras largas, tantos momentos patéticos y mensajes sin respuestas, tantas dedicatorias estúpidas e insulsas, tantas dudas, tantas esperas infructíferas hasta el momento en que por fin estaba ahí y contesto que 'no lo sé'. No. Yo lo que quería decirte es que después de tanto y tanto tiempo acudiendo a abrazos forzados y miradas vacías por fin encontré una llena de cosas que ver y que, probablemente, seas mi persona favorita a día de hoy.

Eso quería decir. Pero no. Como siempre, que no digo nada de nada.