jueves, 23 de diciembre de 2010

¡Fuó!

Cuando te enfadas mucho mucho, dicen que te sale una nube negra encima. A saber.
Sí. Una onomatopeya. ¿Por qué? Porque en días como este sólo se me ocurre decir eso... ¡fuó! O quizás también '¡bah!' o '¡gñé!'. Que, en estados de ánimo como el mío, no vienen a decir cosas bonitas ni agradables, sino todo lo contrario.
Que estoy harta de todo. Que sí... que a veces tampoco es malo pelearse con el mundo y mandar un poquito a freír espárragos a todo lo que te molesta. 
Sobra decir, entonces, que el día ha sido malo. Hombre ya. Pero es eso... no se puede vivir eternizando días malos, aunque a veces cueste verla, la luz al final del túnel está ahí. Aunque todas las canciones tristes hablen de ti y suenen y resuenen una y otra y otra vez en tu cabeza, en un random que parece un bucle sin fin. Y no siempre es la muerte quien te espera detrás.

martes, 14 de diciembre de 2010

Tormenta de ideas (1)

Foto: Srta. Insomnio.
Una canción bonita, con o sin letra. El olor de la tinta de los rotuladores permanentes; y el olor de las cosas nuevas, como un libro o la primera hoja de un cuaderno. Las etiquetas tan largas y sumamente coñazo que les ponen a las camisetas o a los sujetadores. El sonido del mar y el de una persona que respira muy fuerte mientras duerme. La letra bonita y elaborada de algunas personas mayores y la letra fea e ilegible del médico. El olor de una colonia en un montón de personas; tu olor en un montón de personas. Lo a gusto que se queda una después de una mañana de ejercicio maratónico seguida de una ducha.

La primera vez que ves a alguien con unos ojos distintos a los del día anterior. Zambullirse de golpe en el agua fría del mar y salir a refugiarse en la toalla. Las fotos antiguas donde todo parecía mejor. Cantar con los amigos a pleno pulmón; abrazarse y decirse ñoñerías porque sí. Levantarse feliz y radiante sin motivo aparente. Cruzarte con gente desconocida y que te sonrían o te miren bien. Transformarse en un ente hípercaluroso, tímido y tartaja, con ciertos toques de problemas mentales cuando 'el amor platónico' te habla. Morirse ya si te corresponde. Aquella gente a la que bautizas con motes después de cruzarte con ella una y otra y otra... y yo que sé cuántas mil veces.

La frase que se queda marcada en cualquier libro, la página 22 y la primera y la última frase del mismo. Las dedicatorias que ablandan el alma (de eso mi amigo V sabe mucho, muchísimo), que hacen reír o llorar de felicidad...

viernes, 10 de diciembre de 2010

Horizonte

Foto: Srta. Insomnio.
Pensar que, por un momento, ese instante es solo para ti.

A tu alrededor, un montón de personas. Una anciana arrastra, a duras penas, un carrito con una bombona de oxígeno y va llena de bolsas de la compra. Una pareja joven pasa por al lado y se ríe, pero no de ella, porque son felices, digo yo. Un gato sale del motor de un coche y corre hacia la acera de enfrente; es gris y bonito. Un hombre escarba en la basura y otro se queja de cómo lo está poniendo todo. Pasa el tren de las... no sé, no sé que hora era, cualquiera, las doce, las doce menos cuarto. Los niños juegan en el patio del colegio. Qué sucia está la calle. Se oyen gritos, muchos, de mucha gente, no sé lo que dicen pero tampoco me importa. Hoy, en ese minuto, en ese segundo, he decidido que solo yo importo y que solo yo estoy mirando el cielo, con nubes y claros, y solo yo lo veo así. Por un fragmento de segundo recuerdo que ya he estado aquí más veces, en distintas horas del día, pero supongo que haciendo lo mismo. Ese momento, que es único, quedará en el olvido como otros tantos. Lo importante, creo yo, es que entonces, pensé que podía ser especial y la satisfacción de respirar todo lo profundo que pueda sin ahogarme y sin tener miedo de que algo lo va a interrumpir es la recompensa.

Miro al horizonte y pienso que está ahí porque lo hemos puesto nosotros en algún momento. Y que esa misma línea que ahora veo yo que separa el cielo y la tierra, en cualquier otro punto del mundo es distinta. Y suena, de fondo, 'Your hand in mine' de Explosions in the Sky y ahí es cuando me doy cuenta de que el momento sería completamente perfecto si tú estuvieras ahí, aunque no dijeras nada, no gritaras como los demás, no pasaran gatos, ni personas, ni jugara nadie, ni viniera el tren, ni el horizonte se viera tan tan nítido.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Caos

Foto: Srta. Insomnio
'Dios no existe. Está claro.' Palabras que repetía todas y cada una de las veces que se torcía todo, simplemente, por el hecho de torcerse, porque sí. La gente normal necesita treguas. Incluso cuando pretendía darle una oportunidad al karma, este le daba la espalda como si fuera invisible.


Se habla de gente desgraciada, triste, gafada, de malas rachas, de mala suerte. Mentira. Es el ser humano; él y su puñetera manía de ser social, de dejarse llevar, ser egoísta, traicionero, insensible, un terrorista de sentimientos ajenos.

Cada mañana, desde entonces, derivaba en días más o menos largos / más o menos cortos donde no recordaba ya cuántas veces le pensaba, cómo abrió demasiado la puerta de eso que llaman alma (donde los sentimientos), en lugar de entreabrir la ventana. Quizás el error esté ahí, en dar demasiado por miedo a dar menos que la otra persona. Sí, estábamos hablando de a-m-o-r. O quizás no, quizás sea hora de mirar la paja en el ojo ajeno por una vez; que ella, que tú, que yo no hice nada mal; yo sabía qué quería, qué sentía y hacia dónde quería avanzar. Eras tú el niño perdido que no encontró el País de Nunca Jamás, aquel sitio del que tanto hablabas. No huiste como dijiste sino que te quedaste, te impregnaste de aquello que me habías negado y te refugias en palabras vacías y dañinas en lugar de hacerlo en mi abrazo.

Algún día, esperemos que más pronto que tarde, dios, el karma, o el puñetero mago que rige este ordenado caos te ponga en tu lugar y a mi en el mío. Que escuches cualquier canción, veas cualquier puesta de sol, cualquier bar donde estuvimos, cualquier parque donde respiramos el mismo aire, las baldosas que hemos pisado y que hemos evitado pisar, aquel autobús donde no estaba yo, aquellos lugares de los que hablamos donde nunca coincidimos pero a los que ambos fuimos en algún momento en esta puta ciudad de mierda. Porque algún día lo más bonito que tuve fue nosotros, fui el monstruo de tu armario, quien te miraba dormir, la rampa donde patinabas, el pulpo que te abrazaba en los sueños y en la realidad, fui tu amiga robot con sentimientos, un gremlin y todas las letras aquellas, agolpadas sin sentido aparente, y que sólo nosotros sabíamos qué querían decir. Fuiste mis noches sin miedos, fuimos eso y las estrellas. Fuimos el sexo y el amor. Hemos ardido en las frías montañas.

Tú eras Sueño y yo Deseo. Y de todos los sueños uno se despierta.